Ahora sí, estos son los últimos puntos que voy a compartirles sobre la preparación para el matrimonio ¡Lo prometo! Si no leíste los 2 posts anteriores ¡Corre a leerlos! Que este es la continuación y el gran final 😊.
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4. Y ahora ¿Cómo lo arreglamos?
Hablar sobre el manejo de conflictos te va a facilitar la vida cuando lleguen las discusiones. ¡Que van a llegar! Porque somos diferentes, pero a la vez complementarios. Puntos que debemos tener en cuenta al momento de solucionar conflictos:
- Elegir cuidadosamente el momento y hora de discusión: ¡Hay que tener tiempo para discutir! jajaja me da risa como suena, pero si no tenemos el tiempo suficiente no podrá ser una discusión abierta y honesta. Si empiezan a conversar y te das cuenta que no estás lo suficiente calmada para expresarte con respeto y buscar una solución, hagan una pausa y dense un tiempo de tregua para pensar y orar. Pero no te olvides de buscar el momento adecuado para retomar el tema, antes de que se forme una bola de nieve.
- Dar a cada persona la oportunidad y tiempo de hablar: Escuchar a la otra persona sin interrumpir te permite estar atento a sus opiniones y sentimientos. Siendo sincera esto es algo que a mi me cuesta mucho, pero ser consciente me ayuda a darme cuenta cuando lo interrumpo y a esforzarme por no hacerlo. Cuando termine de hablar el otro, no agregues palabras a lo que dijo porque podría distorsionar el mensaje.
- Mantenerse en el tema: Recuerdo que cuando mi esposo estuvo viviendo en España en la época de enamorados, las peleas aumentaron bastante. Una solución que me aconsejó una amiga que es psicóloga fue que cada vez que lo llamara por Skype para hablar de algún tema, que teníamos que discutir o que me había molestado, escriba previamente en un papel los puntos que iba a tocar y literalmente se los leía. Era la única forma de no desviarme del punto principal de la discusión. Además, es diferente cuando lo escribes con la cabeza fría que cuando lo tienes en frente y se despiertan todos los sentimientos de molestia, cólera y más. Estos sentimientos muchas veces te llevan a recordar cosas del pasado que sólo entorpecen la conversación. ¡Si ya se discutió una vez, no las recuerdes!
- No vale juzgar ni criticar: Ambos nos equivocamos. Ninguno es mejor ni peor que el otro. Hoy se equivocó él ¡Mañana puedes ser tú!
- Ser sincero, pero sin herir a la otra persona: Las formas y las palabras que utilices pueden hacer la diferencia entre llegar a una solución o no. ¡Qué importante es esto! Puede ser que lo que digas sea totalmente cierto, pero la forma en que lo dijiste y las palabras que usaste no permitieron que el mensaje llegue adecuadamente porque hirió a la otra persona. ¡Esfuérzate en ser respetuoso en todo lo que dices!
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- Por favor, ¡Sarcasmos no!: Si hay algo que me puede molestar mucho es el sarcasmo durante una pelea. Estamos buscando una solución… ¿No? Entonces ¿Por qué usar sarcasmos? OJO: Es diferente hacer una broma dentro de la conversación para amenizarla que decir algo sarcástico. El sarcasmo usualmente busca herir a la otra persona, lo cual no es coherente con el objetivo de la conversación. ¡Mejor no los usemos! 😊
- Evitar las exageraciones: (Este punto lo escribo para recordármelo jajaja) Hay ciertas palabras que harán que la otra persona se ponga a la defensiva, por ejemplo “tú siempre” o “tú nunca”. Es probable que en estos momentos te sientas tan identificado como yo porque es muy común utilizar este tipo de frases, pero lo peor es que la mayoría de veces no son verdad.
- I Wish...: Por último, algo que me ha funcionado BASTANTE es decirle a mi esposo claramente lo que me molestó (o cómo me hizo sentir), lo que me hubiese gustado que pase y proponer una solución para el futuro. Por ejemplo: “Me molesta cuando nos invitan a alguna reunión y tú aceptas inmediatamente porque siento que no consideras mi opinión. Me hubiese gustado que me escribas antes de dar una respuesta. ¿Qué te parece si en el futuro siempre nos escribimos para conversarlo antes y saber si ambos queremos ir o preferimos hacer otro plan?”
Esto es de gran ayuda, sobre todo para los hombres. ¡MUJERES! Tienen que decírselo así de claro porque a ellos les cuesta entender las indirectas. Si el hombre que tienes al lado te ama, valorará mucho saber de forma clara cómo te gustaría que actúe en el futuro, porque difícilmente lo va a adivinar.
5. Construir sobre roca firme:
He dejado este punto para el final porque le da sentido y trascendencia a todos los anteriores. Ya había hablado un poquito acerca de la oración en el post anterior, pero quiero profundizar más en este tema.
A lo largo de los 8 años de relación con mi esposo me preguntaban cómo hacía para estar tantos años con la misma persona y no cansarme. Otras personas me preguntaban si no peleábamos lo suficiente como para que esto se acabe. Algunas otras me decían “¿Pero todavía lo amas como al comienzo? ¡De repente es costumbre!”. Todos esos comentarios me dejaron claro una sola cosa: Las parejas de hoy no se han dado cuenta que nuestra capacidad de amar es limitada y por lo tanto, nos tenemos que alimentar de una fuente más grande.
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Dios ama a mi esposo personalmente (porque lo conoce mejor que nadie), incondicionalmente (porque su amor no depende de nada) e infinitamente (porque nunca se va a acabar). Entonces, en cada oración le pedimos a Dios que nos llene el corazón de ese amor suyo para poder amar al otro de la misma forma, ahora más que nunca que estamos casados. Siendo sinceros, cuando éramos enamorados a veces nos relajábamos un poco en este tema y ahí es cuando empezaban los problemas. Lo contrario al amor no es el odio, sino el egoísmo y esto es lo que aflora en grandes cantidades en mí cuando descuido la oración. Por eso, este punto lo escribo principalmente para recordármelo siempre 😊.
Bueno, estoy segura que existen más puntos a tener en cuenta en cuanto a la preparación para el matrimonio, yo elegí 5 para poder resumirlo. Tengo que decir que mi esposo y yo seguimos en un constante aprendizaje para esta aventura del matrimonio y probablemente sea así hasta nuestros últimos días. Creo que esto es algo que nos ha ayudado mucho a lo largo de estos años juntos: reconocernos necesitados de aprender cómo mejorar nuestra relación (de la mano de Dios). El día que empiezas a creer que todo anda muy bien y que no hay nada que mejorar, ese día empiezas a descuidar tu relación. Todos estos puntos se los comparto desde el corazón con mucho cariño, deseando que los ayude tanto como a nosotros.
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Y recuerden ¡El día de su boda es sólo el principio!
MM
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